Ahora que todo pasó, lamo mis heridas,
como si en esta larga caída en la que estoy
solo tuviera para mirar esa linea inmóvil del horizonte
y cada tanto repasar las cicatrices de este desamor.
No quiero otra cosa, solo permanecer así,
mirando el cielo azul donde cada tanto pasa un pájaro y nada más.
mirando el cielo azul donde cada tanto pasa un pájaro y nada más.
En otro momento, tal vez, me habría gustado ser
como ese Batman de cuando era chico,
enfundado en un bombachón satinado.
Ser un boludo con un cartel en el pecho
que diga lo que soy.
Ser como ese superheroe que va
caminando por las paredes, perfectamente erguido
y salvando cualquier distancia para volver al lugar de donde salió.
como ese Batman de cuando era chico,
enfundado en un bombachón satinado.
Ser un boludo con un cartel en el pecho
que diga lo que soy.
Ser como ese superheroe que va
caminando por las paredes, perfectamente erguido
y salvando cualquier distancia para volver al lugar de donde salió.
Esta vez es distinto. No tengo prisa.
Puedo quedarme el tiempo que tome,
solo y sentado en esta cornisa donde
el destino me trajo.
Puedo quedarme el tiempo que tome,
solo y sentado en esta cornisa donde
el destino me trajo.
El tiempo dirá si este es mi lugar,
o si esta comezón que cada tanto siento
son plumas nuevas que me llevarán a
otro lugar.
o si esta comezón que cada tanto siento
son plumas nuevas que me llevarán a
otro lugar.
Solo lamo mis heridas,
mirando cada giro del mundo,
deleitándome de solo mirar.
mirando cada giro del mundo,
deleitándome de solo mirar.
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